martes, 7 de febrero de 2023

La fe verdadera llena toda la vida y le da un sentido nuevo.




Virgen de Lourdes Casa San Jose Pequeñas hermanas de la caridad Madre Teresa Mitchell Munro

«Al llegar junto a los discípulos, vieron a una gran muchedumbre que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. En seguida, al verle, todo el pueblo quedó sorprendido y corrían a saludarle. Y Él les preguntó: ¿Qué discutíais entre vosotros? A lo que respondió uno de la muchedumbre: Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo; y en cualquier sitio se apodera de él, lo tira al suelo, le hace echar espuma y rechinar los dientes y lo deja rígido; pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido. Él les contestó: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que sufriros? ¡Traédmelo! Y se lo trajeron.

En cuanto el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al niño, que cayendo a tierra se revolcaba echando espuma. Entonces preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Le contestó: Desde muy niño; y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua, para acabar con él; pero si algo puedes, ayúdanos, compadecido de nosotros. Y Jesús dijo: ¡Si puedes...! ¡Todo es posible para el que cree! En seguida el padre del niño exclamó: Creo, Señor; ayuda mi incredulidad.

Al ver Jesús que aumentaba la muchedumbre, increpó al espíritu inmundo diciéndole: ¡Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando, sal de él y ya no vuelvas a entrar en él! Y gritando y agitándole violentamente salió; y quedó como muerto, de manera que muchos decían: Ha muerto. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó y se mantuvo en pie. Cuando entró en casa le preguntaron sus discípulos a solas: ¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo? Y les respondió: Esta raza no puede ser expulsada por ningún medio, sino con la oración.» (Marcos 9,14-29)

Jesús, el pobre padre te suplica: «Si algo puedes, ayúdanos.»


«¡Si puedes...! 

A veces voy muy a la mía, cuando todo me va bien. Sólo a la hora de los problemas, cuando necesito ayuda, vengo a Ti: «si algo puedes», demuéstralo, resuélveme esta dificultad. «¡Si puedes...! ¡Todo es posible para el que cree!» Pero creer es algo más que pedir milagros a la desesperada: Tú no necesitas demostrar que eres Dios a cada momento, según me parezca a mí.

La fe verdadera llena toda la vida y le da un sentido nuevo. Quiero tener una fe profunda y sólida que se traduzca en obras de caridad y de virtud. Sin embargo, a veces mi fe es débil y vacilante. Creo, pero... me cuesta. Jesús, ayúdame. «Creo, pero ayuda mi incredulidad».

 Sé alma de oración»

«Asegura Santa Teresa que “quien no hace oración no necesita demonio que le tiente; en tanto que, quien tiene tan sólo un cuarto de hora al día, necesariamente se salva”..., porque el diálogo con el Señor -amable, aun en los tiempos de aspereza o de sequedad del alma nos descubre el auténtico relieve y la justa dimensión de la vida. Sé alma de oración» (Forja.- 1003)

“Todo es posible para el que cree”»

«¿Por qué nosotros no hemos podido expulsarlo?;» te preguntan tus discípulos. ¿Por qué a veces no puedo superar las tentaciones del demonio? «Esta raza no puede ser expulsada por ningún medio, sino con la oración.» «Del mismo modo que Jesús ora al Padre y le da gracias antes de recibir sus dones, nos enseña esta audacia filial: “todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido”. Tal es la fuerza de la oración, “todo es posible para el que cree”» (CEC.-2610).


Jesús, todo lo que te pida con fe en la oración, si me conviene, me lo vas a conceder, especialmente mi propia salvación. Por el contrario, si no hago oración, ni siquiera necesito un demonio que me tiente. Porque sin oración, acabo pensando sólo en mí: en mis necesidades, caprichos y ambiciones.

Y, por tanto, poco a poco me voy alejando de Ti. Sin darme cuenta, casi de manera natural, me hago dios de mí mismo, porque todo gira en torno a mí. Jesús, la oración es ese necesario ajuste de mi voluntad, que se convierte cada jornada y te pregunta de nuevo: ¿Qué quieres que haga?

De este modo, quien tiene tan sólo un cuarto de hora al día, necesariamente se salva, porque está rectificando siempre el punto de mira y descubre el auténtico relieve y la justa dimensión de la vida.

Ayúdame, Jesús, para que no deje de hacer ningún día un rato de oración personal, de tú a Tú. Haz que sea, de verdad, alma de oración.

Comentario realizado por Pablo Cardona.
Fuente: Una Cita con Dios, Tomo VI, EUNSA


                              

Hola tanto tiempo!!
Cuanto que paso en un año!!!, bueno ya nos acercamos a semana santa de este 2023, te cuento que sigo adelante con el emprendimiento, trabajando todos los dias, creando, ya no tengo novedades de cursos etc, ahora tenes muchisimos tutoriales para aprender desde casa. Eso es genial,, en cuanto a mi sigo participando de ferias de emprendedores,, y tambien trabajando de otras cosas para invertir en el emprendimiento,, aqui te dejo mas datos de las fechas para semana santa y pronto volveremos a encontrarnos, meditemos juntos, sigamos adelante,!!!!
Cari.





Mi momento en el taller de costura, creando,,







Padre Adrian Santarelli, Bendicion!!








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