viernes, 17 de mayo de 2019

La fe es muy importante, porque es el paso previo a la caridad, al amor. Por eso, he de fomentarla y cuidarla


Te comparto esta meditacion de hoy para ayudar a acrecentar mas la fe, gracias por
acompañar este dia con tu oracion que todos seamos Uno, y se cubra el cielo y la tierra,
con la Paz del Espiritu Santo.

El hombre espiritual es el cristiano que lleva al Espíritu Santo en su alma en gracia,
y tiene la mente y el pensamiento puestos en Cristo.
Su vida limpia, sobria y mortificada es la mejor preparación para ser digna morada 

del Espíritu, que habitará en él con todos sus dones.

Cuando el Espíritu Santo encuentra un alma bien dispuesta, se va adueñando de ella,
 y la lleva por caminos de oración cada vez más profunda, hasta que
“las palabras resultan pobres... y se deja paso a la intimidad divina,
en un mirar a Dios sin descanso y sin cansancio. Vivimos entonces como cautivos,
como prisioneros. Mientras realizamos con la mayor perfección posible,
dentro de nuestras equivocaciones y limitaciones, las tareas propias de nuestra
condición y de nuestro oficio, el alma ansía escaparse.
Se va hacia Dios, como el hierro atraído por la fuerza del imán.
Se comienza a amar a Jesús, de forma más eficaz, con un dulce sobresalto”

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 296.


«Yo no busco recibir gloria de los hombres; pero os conozco y

 sé que no hay amor
 de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre 

y no me recibís;
 si otro viniera en nombre propio a ése lo recibiríais.
 ¿Cómo podéis creer vosotros, que recibís gloria unos de otros,
 y no buscáis la gloria que procede del único Dios?
No penséis que yo os acusaré ante el Padre;
 hay quien os acusa: Moisés, en quien vosotros esperáis.
 En efecto, si creyeseis a Moisés,
 tal vez me creeríais a mí, pues él escribió de mí.
 Pero si no creéis en sus escritos,

 ¿cómo vais a creer en mis palabras?» (Juan 5, 31-47)

Jesús, está claro que no puedo amarte si primero no creo.
La fe es muy importante, porque es el paso previo a la caridad, 

al amor.Por eso, he de fomentarla y cuidarla; no puedo jugar con la fe, 
ponerla en peligro.

«En otros tiempos se incitaba a los cristianos a renegar de Cristo;
en nuestra época se enseña a los mismos a negar a Cristo.
Entonces se impelía, ahora se enseña; entonces se usaba de la violencia,
ahora de insidias; entonces se oía rugir al enemigo, ahora,
presentándose con mansedumbre insinuante y rondando,

 difícilmente se le advierte»
  
(San Agustín).

La fe se robustece con el estudio, con la formación.
 es importante asistir a charlas de formación, pedir consejo

 para leer libros interesantes sobre la doctrina y la vida cristiana, etc. …

«Si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?»

Jesús, lo mismo que dices sobre Moisés, lo dices también sobre los apóstoles
 y los ministros de tu Iglesia: «Quien a vosotros oye, a mí me oye; quien a
vosotros desprecia, a mí me desprecia»(Lucas 10,16).

Si no oigo las enseñanzas de la Iglesia, si no las sigo, ¿cómo voy a creer?

Los judíos «creían» en las escrituras; sin embargo, Tú les dices que no creen
 en los escritos de Moisés porque creen a su modo, interpretan a su manera.

Igualmente, yo no puedo interpretar la escritura a mi manera.
«Quien a vosotros oye, a mi me oye.»



«Te aconsejo que no busques la alabanza propia, 

ni siquiera la que merecerías:
es mejor pasar oculto, y que lo más hermoso 

y noble de nuestra actividad,
de nuestra vida, quede escondido…

 ¡Qué grande es este hacerse pequeños!:
 «Deo omnis gloria!» -toda la gloria, para Dios»
(San Jose  Maria Escriba .Forja 1051).

«¿Cómo podéis creer vosotros, que recibís gloria unos de otros,
y no buscáis la gloria que procede del único Dios?»


Si me busco a mí mismo: quedar bien, triunfar, y que los demás

 me admiren,¿cómo voy a entenderte?
Tú mismo has dicho: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y la tierra,
 porque ocultaste estas cosas a los sabios y prudentes,
y las revelaste a los pequeños»


Por eso, «¡Qué grande es este hacerse pequeños!»

Jesús, Tú eres Dios y naces en un establo, vives pobre en una aldea perdida,
 mueres ajusticiado en una cruz, 

y te escondes bajo las especies de los alimentos más vulgares de la tierra:
 vino y pan.

¿Por qué actúas así?

¿Qué me estás queriendo enseñar con esto?

Posiblemente quieres enseñarme que es mejor pasar oculto,
y que lo más hermoso y noble de nuestra actividad, de nuestra vida,
quede escondido.


No significa que deba hacer las cosas mal, o que me tenga que dedicar
a labores de segunda categoría.


Tú me quieres con prestigio profesional y humano, y en los lugares en los que
el ejemplo de mi vida cristiana pueda llegar a más gente.
Pero sin buscar la alabanza propia, ni siquiera la que me merecería.

Toda la gloria te la mereces Tú, que eres quien me ha dado mi inteligencia,
 tantos medios materiales, la formación religiosa, continuas gracias espirituales,
una familia como la que tengo, etc.
Ayúdame, Jesús, a buscar siempre y en todo tu voluntad y tu gloria.



Esta meditación está tomada de:
"Una cita con Dios" de Pablo Cardona.
Ediciones Universidad de Navarra. S. A. Pamplona

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